En primer lugar, queremos agradecer a nuestros empleados y aprendices, y también a los voluntarios, que nos ayudan a todos con sacrificio y se aseguran de que todos nuestros caballos y animales estén bien, que estén bien atendidos y que hagan suficiente ejercicio.
La recompensa por esto es exactamente esos momentos que capturamos y pusimos una sonrisa en nuestros rostros y un sentimiento cálido en nuestros corazones. Qué bueno que los niños pequeños y los animales no sean conscientes de nuestras preocupaciones y miedos diarios.
Aqui es Don Bolero, en un sueño profundo y roncando:
(Sube el volumen a maximo):